m.a.c.

Confieso que sueño con algún día, dormirme hablando por teléfono con el amor de mi vida; que quiero destacarme de manera original, no por haber hecho algo, si no por mi manera de ser. Confieso que me gusta conocer gente a la distancia y así nunca poder decepcionarme; que creo que pienso como alguien mayor a mi; que por más que intente vivir el presente, siempre estoy buscando que todo sea perfecto para el futuro. Confieso que me comprometo a veces por obligación, pero se que es lo correcto y al final termino sintiéndome mejor; que muchas veces quise que me quitaran las amígdalas, por más estúpido que suene, para poder tomar todo el helado posible; que a veces me siento mal porque siento que no me escuchan lo suficiente; que se que es mi culpa porque acostumbré a la gente a ser escuchada y no a escucharme. Confieso que creo infinitamente en el poder de los sueños, porque todo lo soñé y todo lo cumplí; que amo las hadas; que no se si creo en Dios, pero si creo en una fuerza superior a nosotros que es la naturaleza; que a veces callo por no parecer más loca. Confieso que me molesta muchísimo la gente que presume de algo que no tiene por llamar la atención, o los que presumen algo que no les hace bien; que me molesta que me digan qué y cuándo hacer y que la única persona que logró que le hiciera caso es mi mamá. Confieso que muchas veces he pensado en qué pensaría la gente si muriera; que he pensado en tomar tanto alcohol hasta perder la conciencia, y probar el maldito cigarrillo, pero que cada una de las veces que lo hice, lo rechacé por miedo y porque conozco las consecuencias. Confieso que tengo tendencia a encariñarme muy rápido con la gente aunque nunca lo demuestre; que suelo hacerme la fuerte para dar esa sensación de protección a los demás; que siempre sobreprotejo lo que me interesa y que soy muy celosa y posesiva con ello. Confieso que odio decir mis puntos débiles e intento no pensar exactamente cuáles son para ni siquiera tener una debilidad ante mí; que uno de los pocos puntos débiles que admito, es perder a un amigo; que tengo pánico a que alguien me decepcione y mucho más a decepcionar a alguien. Confieso que me gusta ayudar, pero no hago demasiado al respecto; que soy una persona de carácter fuerte y que pienso que es lo que a veces evita que me pasen por encima o me convenzan fácilmente. Confieso que siento gran admiración por quienes me enseñan día a día, sea familia, profesores, o simplemente gente con más experiencia y coherencia que yo. Confieso que amo escribir desde muy chiquita y que según creo, no lo hago tan mal, porque mi mamá se sorprendía con las cartas que le hacía a mi señorita. Confieso que lo mejor que podemos tener son recuerdos, que los malos no importan porque ya pasaron y no podemos hacer nada al respecto; que amo mirar la luna de noche y la extraño cuando hay nubes; que me encanta la naturaleza. Confieso que tengo hábitos que molestan a la gente pero que no les hacen mal a nadie; que me pongo crema en las manos unas seis veces al día; que todos los papelitos por más chiquitos sean, los guardo en algún bolsillo y los tiro en el primer papelero que encuentre; que si algo no está bien hecho es rechazado totalmente por mí. Confieso que soy una persona muy desconfiada; que me cuesta aceptar los errores que se cometen por segunda vez; que no me cuesta perdonar pero si olvidar, que soy manipuladora y que obviamente no se dan cuenta; que por más que explique mis 'estrategias' van a seguir siendo manipulados sin darse cuenta; que no me arrepiento de hacerlo; que no me interesan las críticas no constructivas de absolutamente nadie.  Que estoy filosofando durante todo el día; que se me ocurren frases que a mí me sorprenden y me encantan; pero que cuando tengo que volcarlas al papel no las recuerdo. Confieso que muchas veces veo novelas y pienso en como viviría yo esa situación; que muchas veces pensé si la vida es así de fácil para todos y todos la veía complicada o si solo es fácil para mí por ahora y en algún momento voy a estrellarme. Confieso que tengo pensamientos súper feministas y toda la vida voy a discutir con quien sea necesario para demostrar que los hombres no son más que las mujeres ni viceversa; que hace poco descubrí cuán cierto era que los sexos opuestos son un complemento de y para la vida; que amo la delicadeza de la mujer y la protección que le brindan los hombres. Confieso que no odio a nadie, pero si me caen mal muchas personas y no me preocupo por ocultarlo; que lo único que odio es la injusticia y me interesa en cierto punto la política; que aunque no siempre lo logro, intento respetar los símbolos patrios; que me siento orgullosa cada vez que alguien a quien respeto demasiado dice algo bonito de mi. Confieso que si pudiera o tuviera que hacer las locuras que hacía hace unos 6 años, las haría sin ningún inconveniente; que me encanta hacer tonteras, pintarme la cara, dibujarme las manos, jugar a las escondidas o al ta te ti como lo hacía siempre; que los caramelos para mí son un sinónimo de mi infancia y que adoro los brillos y los colores de los fuegos artificiales. Confieso que me molesta que mi abuela sea exagerada, mi mamá controladora, mi papá desubicado y mi abuelo pesimista, pero que me encanta cuando mi abuela se preocupa por nosotros, porque es una persona súper considerada, que mi mamá me cuide tanto, porque es tan sobreprotectora como yo, que mi papá sea despistado, porque si hace algo mal no es consciente y le da ternura y que mi abuelo sea tan correcto, porque es lo que todos deberíamos ser. Confieso que le tengo miedo a la oscuridad, a los monstruos y espectros de películas y a esas bandas que se ponen máscaras o se pintan todos de blanco y se dibujan negro al rededor de los ojos. Confieso que siempre conseguí lo que quise y que siempre lo voy a hacer, siempre y cuando no tenga que desviarme del marco de la coherencia y no digo dignidad, porque tal vez ya superé ese. Confieso que me encanta hacer esto y escribir de mi para darme a conocer; que es la primera vez que lo hago y que es hermoso, que lo recomiendo a todos los que quieran sacarse un peso de encima, que no tengan vergüenza de decir todo lo bueno y lo malo que hacen, porque si quieren lo publican y si no lo dejan guardado. Confieso que soy muy sensible; que es fácil hacerme sentir mal pero que no lo demuestro a cualquiera para no darles el gusto; que a pesar de esto no demuestro mucho lo que siento y no siempre lo digo; que más de una vez hice sentir que no me importaba gente que realmente quería. Confieso que siempre que estoy callada sin prestar atención, estoy filosofando, analizando la situación; que me gusta ver a la gente sonreír y me gusta que la gente vea mi sonrisa; que me gusta ver como disfrutan el momento y al verlo, disfruto yo. Confieso que en un principio me daba impresión saber que si quería tener un hijo, tenía que tener una personita dentro mío aproximadamente nueve meses, pero que hace poco, después de una charla, empecé a verlo de otra manera y mi punto de vista cambió totalmente; que querría tener un hijo nene varón, pero no me molestaría una hija nena mujer. Confieso que no tengo un solo modelo a seguir, pero que tomo de cada persona a la que admiro, lo mejor de sí; que me gustaría enamorarme pero a la vez me da miedo saber que puedo llegar a sufrir por alguien; que tengo miedo a no saber distinguir cuándo siento mucho aprecio por alguien y cuándo siento algo más que amistad. Confieso que tomo el sentido de pertenencia muy en serio; que pienso que todos deberían hacerlo aunque no lo crean así; que valoro muchísimo todo el esfuerzo que mis papás hacen para darme todo lo que hoy tengo; que quiero tener un título lo más pronto posible para mostrárselo a mi abuelo y poder sacarle una sonrisa grande; que siempre estoy pendiente de lo que mi familia diga o piense de mi porque piensan que soy modelo a seguir del resto de mis primos. Confieso que me encanta escribir, que escribo para desahogarme, para darme a conocer, para dar a conocer lo que pienso y que espero que les guste :)